LA CARENCIA
AÑORADA.
El viejo sueña
con volver a la infancia,
el esclavo con
disfrutar de la libertad,
el indigente con
nadar en abundancia,
el soñador con
sobrevivir a la realidad.
A veces los
sueños solo son quimeras,
simples deseos de
alcanzar las estrellas,
en la lejanía
parecen eternas compañeras,
al acercarse
pasan como raudas centellas.
Un hecho curioso
es que todos anhelan,
justamente
aquello de lo que carecen,
con falsas
expectativas se flagelan,
mientras que las
posibilidades desaparecen.
Quien espere que
por arte de magia
se cumplan sus
ansiadas fantasías,
es posible que
sufra una fuerte hemorragia,
desangrándose a
base de vanas utopías;
a la hora de
conquistar grandes metas
existen dos
factores determinantes,
suerte y trabajo,
son excelentes muletas,
donde se apoyan
las acciones triunfantes.
Sin fe en alguna
causa imaginaria
será facil caer
en abismos remotos,
por eso la
ilusión siempre es necesaria,
aunque pueda
acabar en sueños rotos.
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