LA LIBERTAD CONFESA.
Ser libre rodeado de barreras,
tanto físicas, como psicológicas,
es una ilusión que agita banderas,
ocultando falsedades ideológicas.
La auténtica libertad no se vende,
ni se compra con actos
partidarios,
cuando cualquier poder la
suspende,
no deberían existir adversarios.
La falta de unidad en su defensa
provoca una inquietante
esclavitud,
que para muchos es más intensa.
Resulta raro considerar una
virtud,
no poder decir aquello que se
piensa,
ni hacer nada con total plenitud.