SABER O NO SABER
Ante la felicidad de
la ignorancia
existe el poder del
conocimiento,
saber cual tiene más
importancia,
es una cuestión para
el pensamiento.
Elegir es un
ejercicio de libertad,
pero se debería ser
consecuente,
pues al decidir por
propia voluntad
hay que asumir de
manera coherente,
no se puede mantener
un doble juego
conociendo solo lo
que interesa,
el final de quien
juega con fuego
termina siendo una
fallida promesa.
La opción del
ignorante continúo
es la de no aprender
lo desconocido,
sin importarle la
imagen de ingenuo,
disfruta del lado más
divertido,
se halla justo en el
otro extremo
quien siempre busca
una respuesta,
hasta alcanzar el
intelecto supremo,
el saber perpetuo es
su propuesta.
Encontrar el equilibrio
perfecto
entre no temer a la
inteligencia
y sentirse feliz con
algún defecto,
es una meta que da la
experiencia.