BALONES FUERA
Es sospechoso buscar culpables
sobre todo de los propios errores,
aun con evidencias muy razonables,
en otros se ven indicios mayores,
el caso es encontrar justificación
incluso llegando al autoengaño,
las pruebas para una acusación
a veces son de lo más extraño.
Pero si uno mismo resulta inocente
sin reconocer que ha fallado,
el delito parece menos indecente.
Al aplicar la pena al inculpado
la hipocresía se hace evidente,
el castigo al prójimo es exagerado.
En lugar de asumir los fracasos
es más fácil
escurrir el bulto,
dando en la niñez los primeros pasos,
el embustero continua siendo adulto.
Nadie quiere pagar los platos rotos
mientras se puedan poner escusas,
la coherencia tiene pocos devotos
manteniendo las verdades reclusas.
Hacer causa común del mentidero,
seguido de culpar de todo al enemigo,
garantiza cierto éxito pasajero.
La realidad suele ser mudo testigo
en un mundo que tiene doble rasero
donde la mentira queda sin castigo.
