UN BAÑO DE REALIDAD.
Si alguien piensa que es del todo
libre,
y además cree en la verdad
absoluta,
seguro que dispara balas de gran
calibre
para cazar cualquier presa
diminuta,
pues matar insectos a cañonazos
suele ser obra de algunos
iluminados,
de esos que acaban dándose
batacazos
cuando la realidad les deja
desarmados.
La libertad total es una quimera
que rara vez se consigue alcanzar,
pero cada uno la vive a su manera.
La auténtica verdad no se puede
afianzar
mientras exista alguna versión
embustera,
capaz de anular la posibilidad de
avanzar.
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