EXPATRIADO.
Alejarse del lugar de nacimiento
convierte a cualquiera en
emigrante,
para muchos una herida sangrante,
que provoca un gran sufrimiento.
Poco a poco se pierde la identidad
al entrar en un proceso de
adaptación,
sin llegar del todo a la integración
por parte de la nueva sociedad;
siempre pensaran que es un
extranjero,
aun siendo uno más en el entorno
será juzgado con diferente rasero.
Pero lo peor es sentir el bochorno
de ser tratado como un forastero,
cada vez que se realiza algún retorno.
No hay comentarios:
Publicar un comentario