martes, 7 de abril de 2020

VERSOS MORTALES-SIN REMEDIO


SIN REMEDIO

Un día cualquiera la vida termina
con un final a veces precipitado,
cuya fecha exacta nadie domina,
salvo si el muerto se ha suicidado.

Las causas son una autentica lotería
incluso en defunciones voluntarias,
algunas parecen extraordinarias,
pero ninguna acaba en tontería.

A todo el mundo le llega la hora
nadie escapa de ese ingrato momento,
la parca siempre resulta ganadora.

De nada sirve el último lamento
cuando ya arranco la locomotora
y el cuerpo se quedo sin aliento.

Poco interés tiene para un muerto
conocer el informe del forense,
el resultado no cambia lo cierto,
a los vivos puede que les compense,

pero ya da igual si fue suicidio,
enfermedad, accidente o un arrebato
el causante del inoportuno homicidio,
ni siquiera importa el asesinato.

Una vez el cuerpo ha fallecido
y el alma abandona el organismo,
los motivos carecen de sentido.

La justicia es un puro simbolismo
que no puede devolver lo perdido,
ni resta a la muerte dramatismo.

Al acabar la vida empieza un viaje
que no necesita billete de regreso,
para formar parte de ese pasaje
basta con el certificado de deceso.

Es imposible realizar el retorno
pues al andar desaparece el camino,
esperando alcanzar un lugar divino
los creyentes disfrutan del entorno.

Quien la fe consiguió mantener
sin ninguna duda del destino final,
llegado el caso se puede sorprender.

Aunque no existe experiencia vital
que pronostique lo que va a suceder,
todavía no se conoce la vida inmortal.

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