LA CONDENA IRRECURRIBLE
La muerte no tiene justificación,
pero se suelen buscar escusas
para permitir una ejecución
con algunas leyes confusas.
Resulta una actitud contradictoria
defender el derecho a la vida,
y matar de manera satisfactoria
cuando la justicia lo pida.
La condena a la pena capital
como castigo a cualquier convicto,
no deja de ser un asesinato legal,
por muy grave que sea el conflicto.
El cumplimiento de la sentencia
recae sobre la figura del verdugo,
único homicida con licencia,
a cambio de un triste mendrugo,
pero él no puede ser el responsable
de los pecados de la sociedad,
detrás de su mano cuestionable,
todos se esconden de la barbaridad.
Una vez su trabajo ha terminado,
la equivocación causa terror,
si el jurado no estuvo acertado,
la inocencia paga caro el error.
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