LOS SUEÑOS CONFUSOS
Cada mañana suena el despertador
dando comienzo a la cómoda rutina,
convirtiendo en simple espectador
al soñador que de noche imagina
un mundo verdaderamente encantador,
que cuando amanece se difumina,
para dar paso a la firme realidad
excusa que arrastra hacia adelante,
en busca de una aparente felicidad
capaz de ilusionar al ignorante,
que empeña casi toda su libertad
por un espejismo siempre distante,
creado con el fin de hacer olvidar
las metas genuinas y autenticas,
un pretexto que permite convalidar
falsedades y mentiras excéntricas,
el recuerdo es fácil de manipular,
las falsas ideas parecen idénticas.
Una vez alcanzada la confusión
todos los deseos se vuelven pequeños,
de nada sirve ya la insumisión
cuando el alma tiene nuevos dueños,
tampoco es necesaria la ilusión
si nunca se persiguieron los sueños.
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