EL CONTROL DEL MIEDO.
Asustarse ante cualquier hecho
incierto
es una buena defensa preventiva,
mientras se deje un espacio
abierto
al control de una mente objetiva;
si el miedo consigue dominar,
la situación acaba siendo caótica,
incluso puede impedir reaccionar
al imponer una voluntad casi
hipnótica.
Causar terror de una manera
exagerada
suele terminar en un estado de
pánico,
capaz de paralizar una idea
acertada.
Cuando el temor se vuelve
mecánico,
la libertad puede quedar limitada
por culpa de un sentimiento
tiránico.
No hay comentarios:
Publicar un comentario