SIN DARNOS CUENTA.
Casi todas las sociedades suelen
diseñar
sistemas prácticos de
adoctrinamiento,
solo una minoría apuesta por
enseñar
aplicando la teoría del libre
pensamiento.
Para intentar dominar las mentes
se imponen versiones de la historia,
favorables a los actuales
dirigentes,
que no dudan en apuntarse a la
victoria.
Una vez implantados en la infancia
las ideas, como si fuesen
vigorosas semillas,
crecen abonadas por la constancia.
La manipulación acaba pasando de
puntillas
cuando en los gobiernos hay
alternancias,
y las doctrinas solo cambian de
sillas.
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