REBELION EN EL
SALON.
Algunos sujetos
se creen revolucionarios
porque dicen
estar en contra del sistema,
pero hacen todos
los esfuerzos necesarios
para vivir sin
tener ningún problema;
la auténtica
revolución exige sacrificios,
sobre todo, si se
quiere ser coherente,
quien critica los
privilegios vitalicios
no debería cobrar
un sueldo indecente.
Los que incitan a
levantar barricadas
son aquellos que
del caos se benefician,
después de agitar
las calles marginadas,
en los despachos
sus negocios inician,
llamando a la
desobediencia civil
cuando no sacan
el deseado provecho,
saben cómo
mantener un clima hostil
hasta que su
interés queda satisfecho,
firmes defensores
de la lucha de clases,
aunque pocos
conocen en que bando,
supuestamente del
lado de las bases,
siempre que ellos
estén al mando.
Se manifiestan
detrás de una pancarta
reclamando
ciertos derechos universales,
mientras, con
nadie reparten la tarta,
solo quieren
parecer tipos originales.
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