LA BALANZA DESEQUILIBRADA.
Toda la vida han existido ilusos,
creyentes en la igualdad de la
justicia,
en medio de pensamientos confusos
esa posibilidad siempre será
ficticia,
sin embargo, resulta un bonito
sueño,
la idea de ser todos iguales
ante una ley que no tenga dueño,
bajo unos parámetros universales.
Pero el dinero ejerce su
influencia
a la hora de entrar en el juzgado,
pagando la venda de la inocencia.
La hipocresía también hace de
jurado,
nadie quiere idéntica sentencia
cuando uno mismo es el acusado.
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